SAN SILVESTRE CREVILLENTINA 2012

31 de Diciembre de 2012

Tengo unos amigos en Crevillente, Alicante, se llaman Paco y Raquel, Paco es un hombre increíblemente tranquilo, ella es como un pequeño incendio, quizás le viene del apellido, Candela.

La San silvestre Internacional Crevillentina se corre todos los 31 de Diciembre, a media tarde, lo que hace que empieces a calentar de dia y a correr de noche, creo que eso es parte de su encanto, y además viene gente de toda España a correrla, es una 10k, y tiene fama de ser dura, porque se sube hasta la parte antigua del pueblo y eso son muchas cuestas.

Tanto ella como otro de mis amigos, Ricardo «Richie» llevaban un par de años diciéndome que a ver cuando iba, pero yo no me veía «tan» en forma como para hacer una carrera de 10 kilómetros. Sin embargo ese día  al levantarme, noté que no me dolían los músculos, que no tenia agujetas ni molestias de ningún tipo, cosa extraña ya que el día antes había acompañado a un amigo a correr la San Silvestre de Alicante, que recogía de modo benéfico un kilo de comida por la inscripción, 5 o 6 kilómetros que recorrí tranquilamente y sin que me supusiera ningún problema, lo cual ya era bastante teniendo en cuenta mi estado de forma. No me había inscrito a la carrera, por lo cual no tendría dorsal, ni camiseta, ni bolsa del corredor, pero sentía que podría hacerla; completarla, sin importar el tiempo, sería un buen resultado para mi, solo quería demostrarme que podía hacerlo.

¡Que locura! Sin ningún tipo de preparación excepto mis pequeñas escapadas a jugar a fútbol 7 me iba a presentar allí a correr 10k. Se lo dije a mi mujer (que grande es, nunca ha dudado de que podía hacer lo que me propusiera, aunque ni yo las tuviera todas conmigo) y su contestación fue:

– Vete, y pásatelo bien…

Esa es la clave, disfrutar con lo que uno esta haciendo, llame a mi amigo Benji, pero el estaba en proceso «cadavérico», la sansil del dia anterior le estaba pasando factura y le dolía todo, y no se sentía con ánimos de ir a correr ni ese día ni probablemente ningún otro día en la próxima semana..

Así que llame a Raquel, y le dije que me apuntaba, que al menos les acompañaría un rato y si veía que no podía seguirles el ritmo me quedaría detrás intentando acabarla, aunque fuera andando.

Salí hacia Crevillente presa de una excitación desconocida para mi, no sería mi primera carrera, en realidad seria la tercera, no tenia dorsal, ni era parte del grupo de personas que habían estado preparando esa cita, aunque fuera solamente con el objetivo de no sufrir. No, yo iba totalmente a la aventura.

Me encontré en Crevillente con Raquel y el grupo de gente con la que iba a hacer ella la carrera, iban disfrazados,como se suele estilar entre la gente que corre una San Silvestre por diversión, así que prácticamente no se les reconocía,  Mila, Manolo, gente con un amor al deporte que va mas allá de las modas, ellos lo viven todo el año y en múltiples variedades, de  hecho no es raro verles participar en medias maratones populares, duatlones, cross y algun que otro tri.

Así que tras las presentaciones y acabar de prepararnos para la carrera salimos hacia la zona de salida, medio andando medio trotando (¿que le pasaba a esta gente, iban a correr 10k e iban corriendo hasta la salida de la carrera?) y yo siguiéndolos con cautela, pues no quería gastar las pocas energías que suponía tendría después de la carrera del día anterior.

Al llegar a la zona de salida me quede sin palabras, cientos, o quizás miles de corredores, que componían una marea multicolor y fluorescente subían y bajaban por las calles anexas a la zona de salida, algunos con un paso que parecían a punto de pararse, otros con zancadas ágiles y elegantes, gente de todas las edades, con todos los tipos imaginables de forma física  de todas las razas, sexos y condiciones, corrían, corrían y corrían como si la salida ya se hubiera dado y solo importara llegar a esa meta imaginaria.

Así que nosotros hicimos lo propio y mientras unos inmortalizaban el momento otros empezamos a calentar las piernas, ya que pese a no hacer mal tiempo, el frió se te metía en el cuerpo a poco que te quedases unos minutos quieto. Mientras tanto veía abrazos, sonrisas, estaba en esa parte del pelotón que no esta concentrada en el tiempo que va a hacer, en si el de al lado estará mejor que el, en si quizás este año podrá mejorar su marca…no, la zona donde yo me encontraba era la zona del que se preocupa en buscar a sus amigos, en sacarse fotos con ese que lleva ese disfraz tan original, que le pilla el pistoletazo de salida riendo y abrazado a sus compañeros, ahí estaba yo.

El grupo de Raquel entrando a Meta.

Y poco a poco, los minutos volaron, los segundos escaparon y tras el pistoletazo de salida la marea fosforescente se puso en marcha, y  eché a correr  dejándome arrastrar por la marea fosforescente.

Los primeros 3k fui con el grupo, me parecía una descortesía ir mas rápido que ellos, a fin de cuentas era su invitado, pero me sentía bien, no había cansancio en mis piernas, así que como no iba disfrazado tampoco se notaria mucho que no iba con ellos, y empece a coger un poco mas de ritmo, adelantándome al grupo, llegue al km. 5 un poco deshidratado, supongo que llevaba mucha ropa encima por miedo a pasar frío, así que repuse liquido despacio y con cabeza para evitar el temido «flato». Lo estaba haciendo bien, con cabeza y empece a pensar (craso error) que aquello tampoco era tan duro como me habían dicho, a fin de cuentas había corrido lo mismo que el día anterior, y me sentía bien, así que volví a subir el ritmo, tampoco es que fuera a tope, solamente quería coger un poco más de cadencia en la zancada, y entonces se encendió la primera luz roja, lo primero que me enseño esta carrera es que cuando no conoces el circuito, ni la carrera, y mucho menos tus limites, lo último que debes hacer si te sientes bien es subir el ritmo, si te sientes bien, mantén el ritmo en el que te sientes cómodo, ya te sentirás peor después …y así fue, no habían pasado ni 5 minutos  cuando llegue a la zona de cuestas más duras, y me pegué contra el muro, ahí aprendí la segunda lección de esta carrera, una carrera de resistencia es hasta la mitad cuestión de preparación  de ahí en adelante es una cuestión de cabeza, de empeño, de no querer parar, de no rendirte, es un ejercicio de autoconviccion, de decirle a tu cuerpo que aunque el no crea en si mismo tu si que crees. La gente en los lados veía como nos retorcíamos para subir aquellas cuestas, era la parte central del recorrido, la mas dura, y aunque el que había ganado ya estaría recogiendo su trofeo, la gente estaba con nosotros, dándonos animo, aliento y fuerzas.

Así que con mas corazón que ganas seguí corriendo, el ver que pese a todo los kilómetros seguían pasando me renovaba las fuerzas, k7, k8.. y en las bajadas del k8: segunda luz roja y tercera lección  asegúrate de que el material que uses ese día sea el adecuado para el uso que le vas a dar y este en buenas condiciones, traducido, calzas de fútbol y zapatillas viejas se traducirán con la fricción de las zancadas al bajar una cuesta en ampollas incómodamente dolorosas en la planta del pie.

El crono oficial paro en 1:06:29

«Se acabó -pensé- me estoy destrozando los pies»

Y entonces pasaron por mi lado Raquel, Mila, Manolo dándome ánimos y diciéndome que al final de aquella recta estaba el cartel del k9, que ya quedaba poco, que lo estaba haciendo muy bien, e intente aunque no pude seguirles el ritmo, me ardían las piernas, sentía los pies hinchados y doloridos, pero solo quedaba un km, e igual que he hecho desde ese día pensé:

«Ultimo km, ya que estás aquí corre 5 minutos mas y acábala»

Y en los últimos 500 metros reuní las pocas fuerzas que me quedaban y la acabé, más muerto que vivo, pero más vivo por dentro. Hice un tiempo de 1:05, y me prometí que volvería en 2013 a bajarla de la hora.

Pero lo importante de esa carrera, es que había marcado un antes y un después,  abrió ante mi un mundo y un deporte basado en el esfuerzo y la superación  en el que los resultados no se ven con tanta facilidad, y en el que las recompensas no son publicas, sino un sentimiento de paz y orgullo interno.

Este fue mi premio, mi primera San Silvestre Crevillentina, un gran recuerdo, y un punto de peregrinaje al que volveré siempre que mis circunstancias me lo permitan.

MI PREMIO ES EL VIAJE.

Acerca de Korta

Especialista de producto en E-Commerce, vivo a través del deporte todas las vidas que puedo al mismo tiempo. Mar, montaña, asfalto, por ese orden. Trail, Triatlón, Runnig solo compito conmigo mismo y en este viaje te cuento lo que veo y siento.
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